¡Deja de estar disponible para todo y recupera tu poder! 💪

¡Deja de estar disponible para todo y recupera tu poder! 💪

Te sentirás diferente cuando dejes de contestar todas las llamadas, responder cada mensaje y estar ahí para todos en todo momento. Al principio será incómodo. La gente notará el cambio. No entenderán qué está pasando. Después de eso, te buscarán más hasta que comprendan que ya no eres la misma persona. Te has alejado.

El mundo en el que vivimos valora estar disponible todo el tiempo. Ser fácil de contactar. Ayudar a la gente. Ser educado. Los estoicos, por otro lado, eran pensadores antiguos que sabían cómo estar presentes y tener control sobre sí mismos.

Marcus Aurelius lo dijo una vez:

Si quieres paz, haz menos.

No se refería a ser perezoso, sino a ser deliberado. Haz menos de las cosas que te cansan, reduce las que te alejan de tus valores y, sobre todo, pasa menos tiempo con lo que te hace infeliz.

La ilusión del acceso constante

Por nuestra educación, hemos sido llevados a creer que tener acceso constante es sinónimo de amor, dedicación y éxito. Seneca, el estoico romano, nos advirtió sobre esto hace siglos:

La vida es larga si sabes cómo usarla.

(Cartas a Lucilio) La mayoría desperdicia su tiempo satisfaciendo las demandas de otros, confundiendo caridad con disponibilidad.

Cuando siempre estás disponible, no significa que seas generoso. Te vuelves agotado. Cuando das un paso atrás, otros notarán el cambio porque ya no estás de guardia. Y ese silencio dice mucho: comunica que mi tiempo ahora es mío.

El precio de confundir valor con disponibilidad

¿Cuántas veces tu tranquilidad fue interrumpida por las necesidades urgentes de otra persona? No fue por casualidad, sino por miles de micro-acuerdos no hablados: «Claro, me haré cargo», «Sí, estoy libre», «No te preocupes, yo lo tengo». Pero esos «síes» repetidos no eran inocuos. Era como hacer retiros secretos de tu reserva de concentración, energía e intención.

Cuando finalmente despiertas, te encuentras vacío, resentido, exhausto, sin saber cómo ocurrió. Ese es el precio de mezclar valor con disponibilidad. Como escribió Seneca:

La gente es tacaña cuando protege su propiedad personal, pero es extremadamente despilfarradora con el tiempo, la única cosa con la que es apropiado ser tacaño.

No le debes al mundo acceso constante. Te debes a ti mismo una vida que sea verdaderamente tuya. Permite que el teléfono suene. Deja que el mensaje espere. Porque las personas que realmente te valoran saldrán a la superficie cuando dejes de estar continuamente disponible, y el resto se desvanecerá en el ruido.

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